Testo per la mostra di Veronique Serfass e Yapci Ramos, Espacio Caminal, Barcelona, 2007
:::Italiano - Español:::
Installazioni e fotografia confrontate a livello formale, mostrano corpi esposti nel loro essere carne, che si offre nella propria vulnerabilità. Scorticata l'apparenza esteriore, il corpo è materia organica modellata dal sentire, offerta di organi e arti recisi, che si autodistruggono di una solitudine che corrode e dà splendore.
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Installazioni e fotografia confrontate a livello formale, mostrano corpi esposti nel loro essere carne, che si offre nella propria vulnerabilità. Scorticata l'apparenza esteriore, il corpo è materia organica modellata dal sentire, offerta di organi e arti recisi, che si autodistruggono di una solitudine che corrode e dà splendore.
Corpi schizofrenici divenuti un solo organo, una bocca che svela il loro essere oggetto di desiderio mercificante, ne urla la condizione. Transitoria.
La sofferenza fisica scopre il quotidiano essere esposti alla brutalità e al progressivo degrado della carne, in cui è pur visibile uno splendore, che permette di amare nonostante la decadenza, in cui ognuno vede la propria.
Così che l'esposizione del corpo è mostra della sua transitorietà, della nostra caducità. E anche il sonno è morire un po', dolcemente, abbandonati nel corpo al nostro bisogno d'amore.
Emanuela De Notariis
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Enfrentadas a nivel formal, instalaciones y fotografías enseñan la carnalidad del cuerpo expuesto, ofrecido en toda su vulnerabilidad. Desollada la apariencia exterior, el cuerpo se vuelve materia orgánica modelada por el sentir, ofrenda de órganos y miembros, que se autodestruyen en una soledad que corroe y da esplendor. Cuerpos esquizofrénicos reducidos a un órgano sólo, una boca que revela ser objeto de deseo que converte en mercancía, grita su condición, transitoria. El sufrimiento físico manifiesta nuestra cotidiana exposición a la brutalidad y a la progresiva degradación de la carne, en la que sin embargo se hace visible un esplendor que permite amar no obstante el deshacerse, que cada uno percibe como suyo. Así que exponer el cuerpo es muestra de su transitoriedad, y de nuestra caducidad. Y el sueño es un poco morir, dulcemente, abandonados en el cuerpo a nuestra necesidad de amor.
Emanuela De Notariis
Enfrentadas a nivel formal, instalaciones y fotografías enseñan la carnalidad del cuerpo expuesto, ofrecido en toda su vulnerabilidad. Desollada la apariencia exterior, el cuerpo se vuelve materia orgánica modelada por el sentir, ofrenda de órganos y miembros, que se autodestruyen en una soledad que corroe y da esplendor. Cuerpos esquizofrénicos reducidos a un órgano sólo, una boca que revela ser objeto de deseo que converte en mercancía, grita su condición, transitoria. El sufrimiento físico manifiesta nuestra cotidiana exposición a la brutalidad y a la progresiva degradación de la carne, en la que sin embargo se hace visible un esplendor que permite amar no obstante el deshacerse, que cada uno percibe como suyo. Así que exponer el cuerpo es muestra de su transitoriedad, y de nuestra caducidad. Y el sueño es un poco morir, dulcemente, abandonados en el cuerpo a nuestra necesidad de amor.
Emanuela De Notariis
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